LA MAYOR MANIFESTACIÓN ANTITAURINA DE TODOS LOS TIEMPOS

El pasado 25 de mayo tuvo lugar en Madrid un acontecimiento muy importante para la lucha antitaurina, ya que se celebró la mayor manifestación en contra de la tauromaquia que jamás se haya celebrado. Si bien es cierto que no es la primera, ya que hace ya algunas décadas que se vienen convocando este tipo de concentraciones, sí se puede decir que fue la que mayor capacidad de convocatoria ha tenido, ya que reunió cerca de 5.000 personas que expresaron pacíficamente su rechazo a la tortura y a la matanza de toros para el disfrute de unos pocos. El evento únicamente se vio empañado por la violenta e inexplicable carga policial que se perpetró una vez concluida la manifestación y por el desprecio de los medios de comunicación que obviaron cualquier tipo de referencia a esta manifestación, cuando suelen acudir a otras con mucha menos representación social.

Sin embargo, el camino por recorrer es todavía muy largo. Hemos conseguido que no se vea el movimiento antitaurino como algo extraño o antiespañol, sino como personas que luchamos contra la crueldad con los animales y que buscamos un mundo menos violento. Pero debemos seguir luchando para que nuestras súplicas no caigan en saco roto y poder, con la ayuda de todos los que rechazamos las corridas de toros, terminar de una vez por todas con la barbarie de la Tauromaquia.

El siguiente texto es un extracto de las impresiones de un componente de Amnistía Animal que acudió a tan relevante acontecimiento:

Un sueño hecho realidad

El sábado pasado tuve un sueño. Fue increíble. Estaba en Madrid, rodeado de amigos, a algunos les conocía hace tiempo, a otros no, pero daba lo mismo. Estábamos todos juntos en la Avenida Felipe II, con ganas de hacernos oír, de defender a los que no pueden hacerlo por sí mismos. Eran las seis de la tarde, hacía calor, pero notábamos más el calor de nuestras voces, de nuestras ideas, de nuestras almas que el del sol que nos cubría. Éramos muchos, no soy bueno calculando este tipo de cosas, pero alguien me dijo luego que casi alcanzamos la cifra de 5.000 personas. Todos juntos llegamos a la calle de Alcalá, lanzando al viento consignas como "La tortura no es cultura", "Derechos para los animales", "Fiesta Nacional, abolición" y otras algo más fuertes cargadas de toda razón. La gente nos miraba. Muchos sonreían cómplices, otros, la gran mayoría nos miraban sorprendidos y los menos nos criticaban con argumentos ininteligibles y absurdos.

Era un sueño, no podía ser de otra manera: No veía ningún medio de comunicación, ni televisión, ni radio, ni prensa escrita. No podía ser real. Un acontecimiento como ese, que había juntado a personas de Madrid, Alicante, Castellón, Valencia, País Vasco, Galicia, Zaragoza e incluso de fuera de nuestras fronteras no podía ser obviado así por los medios de comunicación. Pero nos era indiferente. Estábamos allí defendiendo nuestras ideas y el derecho de los animales, en este caso los toros, a vivir y morir con dignidad. Los compañeros de ALA, OLGA y otras asociaciones se esforzaban en que toda la organización fuera impecable, y lo consiguieron. Nuestras voces se oyeron en todo Madrid. Pero sobre todo en nuestras conciencias y en las de todos los madrileños.

Llegamos a la Plaza de Toros de las Ventas alrededor de las siete y media de la tarde. Manteniendo nuestro carácter pacífico y conciliador, seguimos lanzando consignas como "Aquí estamos, nosotros no matamos". Los madrileños no podían creer lo que veían, incluso los espectadores de la plaza que se asomaban nos miraban incrédulos y temerosos. Habíamos conseguido nuestro objetivo: Expresar libremente nuestras ideas, demostrar que el movimiento antitaurino ha crecido mucho más de lo que podamos llegar a imaginar y defender una estilo de vida sin crueldad hacia los animales.

La manifestación antitaurina más importante de todos los tiempos había finalizado, pero todos estábamos tan contentos que no parábamos de hablar entre nosotros, preparando nuevas movilizaciones y saludando a personas que, debido al tumulto no habíamos reconocido entre el gentío. Entonces los golpes de las porras de la policía me despertaron de mi sueño. Unos cuantos agentes, se empeñaron en emborronar esa preciosa tarde, golpeando con sus porras a la gente, que como yo, no estaba gritando, ni insultando a nadie. Nuestro pecado era estar ahí cuando iban a salir los taurinos de la plaza de toros. La policía golpeó cruelmente a muchas personas, lanzó sus caballos hacia otras, obligando a meternos en la boca de metro, para que no molestáramos con nuestra presencia a los taurinos. Se acabaron nuestros derechos, sólo podíamos huir. Vi a un par de chicas llorando, heridas por el injusto castigo policial y el mundo se me cayó encima. No pude creerlo.

De todos modos, nada puede empañar el gran éxito de la manifestación antitaurina del sábado 25 de mayo en Madrid. Ni la ignorancia de los medios de comunicación, la mayoría sumisa al negocio y la masacre taurina, ni la crueldad policial. Quiero pensar que a ambos se les fue de las manos: No esperaban esa afluencia de gente, y unos nos quisieron contar la noticia y los otros quisieron terminar cuanto antes por si las moscas. Pero fue un éxito, un sueño hecho realidad por mucho que a algunos les duela. Muchas gracias a todos los que allí estuvieron por vuestra compañía y por ser cómo sois. Y que se preparen, porque esto no es más que el principio...

Alberto Plaza Sebastián

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